martes, 17 de abril de 2012

Días de gracia



Días de Gracia (México, 2011)
Director: Everardo Gout.

Hace mucho tiempo que una película mexicana no lograba sorprenderme. Dejé de verlas. Los mismos tópicos repetidos una y otra y otra vez. El policía corrupto, el narco, el pobre diablo escapando de todo eso y al final atrapado en la vorágine de la desgracia que se ha dado por llamar “la realidad mexicana”. Sumado a esto, la pesada sombra de los Iñárritu, los Cuarón, los Del Toro —sobre todo el primero—, cayendo sobre los hombros de los jóvenes cineastas tratando de imitarlos. Desde tiempos de Amores Perros, una incesante réplica de historias cruzadas, de historias sin futuro en una ciudad hostil, de perros.

Días de gracia incluye todos estos tópicos, pero tiene una gran virtud: está muy bien contada.

Las historias que se cruzan en la trama, están enlazadas por su principal protagonista: el tiempo narrativo. El mundial de futbol —un tópico más— sirve de vínculo entre ellas. Una herramienta que vale al espectador de enganche, de duda y de respuesta.

Como parafrasea la cita de García Márquez que abre la película: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y como la recuerda para contarla”. Y en Días de gracia la forma de ser contada transforma a la historia misma.

La pericia del realizador deja atrás los tópicos que utiliza para darles una forma distinta y logra atraparnos con su trama y mover el suelo de la inesperada temporalidad que nos envuelve en una atmósfera de incertidumbre resuelta por un cronista deportivo.

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